Autores y obras narrativas relevantes de la primera mitad del Siglo XX en literatura vasca

garoa

 Autor: Carlos María Hernández Basilio (carloshb4371@gmail.com)

Señala María José Olaciregui que “si la novela es, en general, un género tardío en comparación con el resto de géneros, en el caso vasco su origen se retrasa hasta finales del siglo XIX”, momento en el que se va a producir la perdida de los fueros tras la segunda guerra carlista, y el nacimiento del nacionalismo. El auge del vasquismo político y cultural a finales del siglo XIX tendrá una influencia decisiva en los objetivos, en los temas, e incluso, en el estilo de la nueva prosa.

Euskal Pizkundea

Es en este momento cuando va a dar comienzo el conocido como “renacimiento literario vasco” (Euskal pizkundea), versión vasca de la Renaixença catalana y del Rexurdimento gallego. (1).

Entre los precursores se cita a Juan Antonio Moguel autor de El Doctor Peru Abarca escrita en 1892 pero que no se publicó hasta 1880. Recoge los diálogos entre un rústico casero “Peru” y un barbero-cirujano Maese Juan; Este último se las da de culto pero habla un euskera corrupto y chabacano, mientras que el rústico utiliza un lenguaje auténtico, rico y expresivo. Algunos años más tarde, su sobrina, Vicenta Moguel, publica Ipuin onac (Fábulas buenas) traducción de las fábulas de Esopo, reeditado en 1912 en la colección “Euskal esnalea”, y nuevamente en “Auspoa” nº 28, sentando las bases para el surgimiento de una literatura infantil y juvenil en euskera

Novela vasca

A finales del siglo XIX se consolidan las condiciones socio-culturales que facilitaron el surgimiento de la novela vasca: industrialización, aumento de tasas de escolarización y surgimiento de revistas literarias. Se calcula que entre 1876 y 1936 se crearon unas 140 publicaciones periódicas.

Domingo Aguirre

En una de estas publicaciones, la revista “Euskaltzale”, y en el sistema por entregas, se publicó la que se considera primera novela vasca, Auñamendiko Lorea (1898). Su autor Domingo Aguirre (1864-1920) nació en Ondarroa. Hijo de familia humilde, gracias a la ayuda ajena pudo hacer “carrera corta” de sacerdote, prestó sus servicios como capellán de las Carmelitas de la caridad de Zumaya. Hombre estudioso y laborioso, colaboró en las revistas vascas de la época y siguió de cerca la marcha de los estudios vascos.

Su segunda novela Kresala (1906) (Agua marina) tiene como tema la vida y costumbres de un pueblo pesquero del cantábrico, su pueblo natal, Ondarroa.

De esta obra y su autor dice Gotzon Garate “Txomin Agirrek euskal eleberrigintzari hasera serioa eman zion. Euskara zoragarri landuz – gero ere inork gutxi egin duen bezala – baserri eta itsaserrietako bizimodua azaltzeko gai zela forogatu eta hurrengo idazleei bidea leundurik utzi zien. Kresala euskal eleberrigintzan klasiko bat da eta izango da, euskara euskara den bitartean.

“Con Txomin Aguirre comienza, definitivamente la novela vasca. Manejando un euskera encantador – como pocos lo han hecho después – demostró su capacidad para descubrir el mundo del caserío y de los pueblos costeros, abriendo el camino a los escritores posteriores. Kresala es un clásico de la novela vasca y lo será mientras el euskera sea euskera”

Su tercera novela Garoa 1912 (el helecho) relata la vida en un medio montañés, o sea en un caserío de labradores y pastores. Garoa está escrito en dialecto guipuzcoano, lo que contribuyó a que tuviera, inicialmente, mayor éxito que Kresala, escrita en vizcaino y, para muchos más difícil de leer.

Estudiosos de la literatura comparada constatan los nexos intertextuales de la novela de Aguirre con las novelas de Pereda (Peñas arriba y Sotileza).

«Kirikiño»

Por último trataremos la obra de Evaristo Bustintza “Kirikiño” (1866-1929). Nacido en Mañaria, cursó estudios superiores de ciencias físico-matemáticas. Profesor en Almansa (Albacete) y en Sigüenza (Guadalajara), volvió a Bilbao, llamado por Azkue a colaborar en la revista Euskaltzale. En un lenguaje chispeante, vivo y lleno de gracia, describe relatos breves costumbristas que conectan fácilmente con los lectores vascos de la época. Recopilación de estas narraciones serán sus dos libros Abarrak (Ramillas) (1918 y 1930). Tomaremos como ejemplo, el comienzo de una de estas narraciones la titulada Zerutar bat, respetando la grafía y variedad dialectal original,

“ Nik orain gomuta es dodan (dudan) etxaguntza baten bizi ei zan (ohi zen) bigarrenez ezkonduriko emakume bat, buru barrua utsik edo beiñik-bein ondo beterik es eukana (zeukana) bera, irakurleak igarriko dauan (duen) lez (bezala).

Agertu jakon (zitzaion) bein ate ondoan eskeko bat, bere soiñekoak zarren-zarrez danak triskilduta, alde guztietatik zulatuta, oiñetakoak aboa zabalik barreka, buruko txapela, be (ere) koipez beterik, erdi erdian………………Arriturik ikusi ebaneko (zueneko), itandu eutson (zion) emakume arek:

  • Ene¡ Nundik urten zara era orretan ¿Nundik zatoz
  • Zeuta´tik, andrea, -erantzun eban (zuen) Arlotek
  • Zeruetatik zatozala? Zeruetatik esan dozu (duzu)?
  • Bai, andrea, andixek nator
  • Aitearen eta Semearen……Ondiño alakorik¡ Orduan, bear bada, ezagutu izango dozu (duzu) Juane gurea

Tanto Domingo Aguirre, como Kirikiño, como la mayoría de los escritores de este momento, harán uso de la ficción costumbrista para plasmar una visión idealizada y tradicionalista del País. La novela tratará de reflejar un mundo idealizado y muy alejado de las ciudades industriales que se van conformando.

(1)Hernández Basilio, Carlos María. “Evolución Socio-Lingüística del Catalán y el Gallego en el siglo XIX. Notas sobre las diferencias y similitudes con el caso vasco” (2019). Trabajos presentados por el autor a las asignaturas de “Introducción a la lengua catalana” e “Introducción a la lengua gallega” del Master de la UNED

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