Benito de Guinea y López de Arechaga

Autor: Carlos Mª Hernández
Socio de Número de la RSBAP

Cuando hablamos del Concierto Económico, recordamos también a quienes se significaron en su establecimiento, desarrollo y defensa, como es el caso de Benito de Guinea y López de Arechaga

Insigne fuerista alavés del siglo XIX-XX, nos encontramos ante una personalidad que jugó un papel de primera importancia en la política alavesa de la época de la Restauración y que fue considerado como el más cualificado definidor y defensor del concierto económico, instrumento básico de la actual autonomía foral y estatutaria vasconavarra.

Benito de Guinea y López de Aréchaga nació en Vitoria el 20 de marzo de 1855. Su partida de bautismo nos dirá que era hijo de Ángel de Guinea y Cárcamo, natural de Labastida y de profesión miñón, y de Eusebia López de Aréchaga y López de Aréchaga, natural de Urrunaga. Lo más curioso del caso es que la dicha partida nos informa de que Guinea nació en la propia “Casa Palacio de la Provincia”.

Nos encontramos, pues, ante una circunstancia de nuestro personaje digna de admiración y que será muy alabada por los que le conocieron, y es el hecho, elogiable aún hoy y mucho más en la época que nos ocupa, de que el hijo de uno de los vigilantes y cuidadores del Palacio provincial llegara a ocupar cargos de la máxima relevancia en él, “por su propio esfuerzo, por su laboriosidad, su inteligencia y su perseverancia”, como se puede leer en la necrológica que tras su fallecimiento se publicó en la Revista Ateneo (órgano del Ateneo vitoriano) en su número de abril de 1917.

En efecto, Guinea, abogado de profesión, fue diputado provincial por el distrito de Vitoria desde 1888 hasta su muerte en 1917, salvo el paréntesis entre 1901 y 1905, y vicepresidente de la Diputación en dos bienios por el pacto de unión con los diputados urquijistas.

Negociador del Concierto Económico

Su actividad profesional y política le llevará a intervenir activa y destacadamente en la negociación del concierto económico aprobado en 1906, de forma que su habilidad negociadora y conocimientos legales y administrativos serán considerados por la prensa de la época de importancia fundamental para la consolidación y permanencia del régimen concertado.

Volviendo a la citada necrológica ateneísta, encontramos que “fue uno de los hombres que el País tuvo a su servicio como celoso defensor de sus derechos. Y en las conferencias con el Gobierno para renovar los plazos del Concierto Económico, se distinguió entre los comisionados por sus consejos, sus trabajos y sus discursos, manteniendo, frente a las exigencias de los Ministerios, la verdad, la razón y la justicia que nos asistía”.

Políticamente Benito Guinea, dentro del ideario carlista, evolucionará hacia las posturas del político y periodista Nocedal, cuyo partido dirigirá en Álava, partido que, considerando secundarios los aspectos del legitimismo dinástico, centrará su actividad en la problemática religiosa y foral, como demuestra el lema “Unidad Católica y Fueros” bajo el que saldría a la calle el periódico El Eco de Álava, fundado por el propio Guinea tras la escisión con los carlistas ortodoxos y su periódico El Heraldo Alavés.

De lo que no cabe duda, por los testimonios que hemos recogido, es del talante pacífico, tolerante y, si se me permite, “liberal” (en el sentido definido por Marañón) de nuestro personaje, como demuestra su intervención, publicada en la citada revista del Ateneo vitoriano de noviembre de 1913, en homenaje a Canalejas en el primer aniversario de su muerte.

También lo corrobora, por ejemplo, el hecho de que un político de ideas tan contrarias como Eduardo Dato escribiera desde Madrid una sentida nota de pésame al enterarse de su fallecimiento en Vitoria, o el que, al parecer, la propia Reina Madre, María Cristina, le invitara a San Sebastián durante su veraneo, para celebrar el feliz arribo del concierto económico.

benito guinea

D. Benito Guinea

En el número del 15 de mayo de 1917 de la revista Euskal-Erria encontramos las siguientes palabras que el periodista donostiarra Adrián de Loyarte dedicó a nuestro personaje: “No hemos de olvidar en estos cortos renglones, su gestión en la Diputación provincial de Álava; sus trabajos jurídico-administrativos con motivo de los últimos conciertos económicos, y su profundo amor a las cosas de nuestro país”.

“Guinea al frente de la Diputación alavesa se distinguió siempre por su gran espíritu de rectitud y justicia. Cuando la discusión dividía los criterios y los grupos, Guinea no personalizaba, y acertaba a caer siempre por el lado de los derechos de su país”.

“La revista Euskal-Erria, que en más de una ocasión enalteció los méritos de tan esclarecido euskalduna, dedica estas líneas como homenaje de admiración sentida a la memoria de quien tanto trabajó por los prestigios de su país”.

No es de extrañar, dado el pueblo de origen de su madre, la condición de euskalduna que la revista Euskal-Erria atribuye a nuestro personaje (bisabuelos de quien escribe estas notas, procedentes también de Urrunaga y primos de D. Benito por su línea materna, López de Aréchaga, utilizaban con normalidad la lengua vasca en su casa de huéspedes y bar del 70 de la Cuchillería bien entrado el siglo XX).

Restauración del Santuario de Estibaliz y trabajos en pro de Alava

Otras cuestiones vinculadas a la conservación del patrimonio alavés acapararán la atención de Guinea, como las actividades para la restauración del santuario de Estibaliz, iniciadas como consecuencia de una moción presentada por él mismo el 15 de mayo de 1893, aprobada por la Diputación.

Así se iniciaron gestiones y trámites, detenidamente descritos por Joaquín Jiménez en su trabajo “Álava por Santa María de Estibaliz”, publicado en la revista Estibaliz de 1991. Tales anhelos culminaron en la restauración del santuario, tan añorada años antes por el grupo de intelectuales alaveses que capitaneaba Becerro de Bengoa.

El santuario de Estibaliz, en Araba

Menos conocida es su moción, también aprobada por la Diputación en 1899, relativa a la conveniencia de reducir los aprovechamientos forestales de los montes de la Provincia con el fin de garantizar su conservación y repoblación.

Quisiera terminar esta semblanza de un vitoriano que entre los siglos XIX y XX supo compaginar, a pesar de su origen humilde, una destacada actividad profesional, llegando a figurar como consejero del recién creado Banco de Vitoria, una intensa labor política fuerista y vasquista, y unas arraigadas convicciones cristianas, que jamás se avergonzó de exteriorizar, con las palabras que le dedicó Tomás Alfaro, publicadas en la revista Fin de Año de 1961: “Todos le respetaban por su honesta vida familiar, por su afectuoso trato, por su honradez profesional que le aportaba, incluso clientes de ideales contrarios. Ocupó cargos públicos con intachable conducta y, cuando murió, el pueblo entero le acompañó a su última morada con cariño y respeto”

Artículo publicado por el autor en la revista LANDAZURI Papeles de opinión números 11, 12, 13. Diciembre de 2005

Un comentario sobre “Benito de Guinea y López de Arechaga

  1. Iñigo Yrizar Velasco dice:

    Estupenda crónica de un ilustre vasco y euskaldun mal conocido.
    Así se contribuye eficazmente al conocimiento del País.
    Zorionak eta eskerrik asko!!!

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