Homenaje a Eric Beerman

Eric Beerman

Palabras pronunciadas por Iñigo de Yrizar, (de la R.S.B.A.P.) en el Homenaje a Eric Beerman en el Instituto Internacional de Madrid, el 6 de octubre de 2021

Vascos en la independencia de los Estados Unidos y otras historias americanas

Arratsaldeon. Ongi etorri denoi.

Buenas tardes y bienvenidos todos a este acto en el que
celebramos la historia poco conocida de unos hombres que, callados, con entrega y eficacia, no necesitaron el aplauso para hacer grandes servicios a la sociedad por lo que se merecen el
reconocimiento público, que con este acto queremos ofrecerles.
Son personalidades que vivieron en momentos de grandes cambios históricos y que supieron estar a la altura de las circunstancias. Todos comparten una misma condición, la de su amor al País Vasco, bien por nacimiento o por elección, como es el caso del querido Amigo Eric Beerman, que nos los ha redescubierto en el libro que hoy presentamos, Vascos en la independencia de los Estados Unidos y otras historias americanas, como homenaje al propio Eric y también a los personajes que él estudió con tanto talento, dedicación y pulcritud.

Diego Gardoqui

Haré solo apenas unos pocos apuntes sobre algunos de los muchos personajes que desarrolla Eric en su libro, ameno y riguroso, que les recomiendo que lean. Entre estos personajes de vida inquieta, atrevida y digna de una gran novela de aventuras, rescatados de un vergonzoso olvido, encontramos al bilbaíno Diego de Gardoqui.

Como nos relata Eric, Gardoqui, “trabajó con su padre en la importante casa de comercio internacional “Gardoqui e Hijos”, en especial en Francia, Gran Bretaña y sus colonias en América del Norte, además de ser un principal abastecedor de la Marina española.”

Estudió en Inglaterra y el dominio de los idiomas, inglés y francés, además del español y el euskera, sus conocimientos del comercio y las finanzas internacionales, y muy particularmente de Inglaterra y las colonias norteamericanas, le convirtieron en la persona más indicada para desarrollar la política de Carlos III, “al estallar la Revolución Norteamericana el 4 de julio de 1776.”

Fueron muchos los avatares que vivió en primer plano Diego de Gardoqui en estos revueltos años: La posible intervención Rusa en ayuda de Inglaterra, la primera conversación diplomática
del marqués de Grimaldi con el enviado de Benjamín Franklin o unas negociaciones, descritas con todo detalle, que dan como resultado el envío a los rebeldes en la colonias de 216 cañones de bronce, 30.000 fusiles y bayonetas, 50.000 balas  y 300.000 kilos de pólvora, entre otros
efectos militares.

En 1784, el conde de Floridablanca nombra a Diego Gardoqui primer embajador de España en los Estados Unidos.
En estos años, otro de los personajes de Erik Beerman, Bernardo Gálvez, ascendió a Capitán General de la Luisiana, las dos Floridas y Cuba (p.70) y como colofón de las relaciones con los
Estado Unidos, Gardoqui y Gálvez organizaron la compra y envío de dos burros de la provincia de Zamora a la propiedad de George Washington en Mount Vernon, como regalo de Carlos
III. (p. 73),

José de Ezpeleta

José de Ezpeleta es otro de los personajes que Eric Beerman recuperó con sus exhaustivas investigaciones. De origen vasco-navarro participó en las campañas norteamericanas del Golfo de Méjico que contribuyeron al éxito americano en la Guerra de Independencia (p. 122). En 1778, unió su contingente militar al de Bernardo de Gálvez estacionado en Nueva Orleans, logrando la rendición del comandante inglés de Fort Charlotte en la bahía de Mobila (Alabama).

Los ingleses lanzarían en cuatro ocasiones ataques cuerpo a cuerpo tratando de recuperar esa plaza. El siguiente objetivo era la toma del fuerte de San Jorge, en la bahía de Pensacola (Florida), aguas arriba de Nueva Orleans, principal bastión inglés que capituló, tras encarnizada lucha, descrita con gran detalle y pulso narrativo por Eric Beerman.

Como afirma nuestro autor en otro lugar: “Si los soldados del rey Jorge III no hubiesen sido forzados a luchar en dos frentes en el continente americano, la revolución americana podría haber tenido un resultado diferente.”( p. 197)

Bruno de Heceta

Otro gran personaje de Eric Beerman es el marino Bruno de Heceta, nacido en Bilbao en 1743, que descubrió el río Columbia en 1775. En esta exploración y vigilancia, el teniente Heceta
coincidió con otro de los personajes de Erik Beerman, Juan Francisco Bodega y Quadra, hijo de Tomás, nacido en la localidad vizcaína de Múzquiz, que se trasladó a Lima, en Perú, donde nacerían sus hijos. Uno de ellos fue Juan Francisco, un marino que compartió con Manuel Quimper, la exploración de la costa del Pacifico desde la Columbia Británica hasta la bahía de San Francisco, en particular el estrecho de Fuca, para comprobar si era “el supuesto paso al Atlántico y la verdadera entrada al Paso Noroeste”(p. 243).

Quimper pensó que el estrecho de Juan de Fuca estaba cerrado, sin llegar a saber que en realidad era una isla, que se llamó
primero, y así figura en un antiguo mapa: Bodega y Quadra, y que años después pasaría a llamarse Vancouver.
Esto son solo breves apuntes de una historias fabulosas que Eric Beerman cuenta en su libro, con amenidad y solvencia, y que hoy presentamos como justo homenaje y reconocimiento a
un investigador riguroso e incansable que nos ha devuelto con sus personajes una parte muy atractiva y desconocida de nuestras dos historias: la española y la norteamericana.
Pero no son sólo estos, sus personajes en esta publicación.

Exploradores, navegantes y militares vascos en América

También hay informaciones muy interesantes y desconocidas de personalidades como el conquistador Juan de Oñate; el
general O’Reilly; el canario ilustrado Bernardo de Iriarte; el matemático y militar, General José de Urrutia, que Goya retrató; el marino Gabriel de Aristizabal, oriundo de la villa de Hernani,
que trasladó los restos de Colón a España y participó con Bernardo de Gálvez en las operaciones militares en Mobila y Pensacola; el marino Ignacio de Arteaga que navegó
también por el Pacífico Norte; el bilbaíno Manual Juan Salcedo, último gobernador español de la Luisiana; el barón de Carondelet, gobernador de la Luisiana y de Florida; Manuel Agote, nacido en Guetaria, viajero por Macao y Cantón; y el ilustrado Eugenio Espejo, secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País de Quito.

Como veis un amplísimo y rico conjunto de personajes que gracias a las rigurosas investigaciones de Eric Beerman, son rescatados de un cierto olvido y reconocidos como exponentes de las profundas y antiguas relaciones históricas y culturales entre las dos orillas del Océano Atlántico.

José Navarro Arzac

Dejo para el final una importante investigación de Eric sobre un personaje fabuloso, más próximo a nosotros, que realizó una increíble gesta empresarial en los Estados Unidos. Me
refiero a José Francisco Navarro Arzac. Nació en San Sebastián en 1823. Con 15 años partió para Cuba y desde allí dio el salto a Nueva York, donde estableció una compañía naviera.
Navarro, un enorme emprendedor, fundó compañías de seguros, como “La Equitativa”, otras, navieras y comerciales y en 1878 la construcción del “Metropolitan Elevated Railway” que
discurre a lo largo de Broadway. Contribuyó en la construcción de la catedral católica de San Patricio, cuyo altar del Sagrado Corazón está dedicado a la familia Navarro. Construyó el
primer rascacielos frente a Central Park, conocido como “Apartamentos Navarro“ o “Spanish Flats”, y finalmente la “Atlas Portland Cement Co.”, la cementera más grande del mundo, que
suministró el cemento para la construcción del Canal de Panamá.

Vida de Eric Beerman

Pero en este acto de homenaje falta lo principal, la mención al mejor personaje de Eric Beerman: Él mismo. Un americano de California, nacido en 1930, de una educación exquisita y
disciplinada. Realizó estudios universitarios en Oregón, Arizona, Madrid y Bogotá.

Trabajó, además de en los Estados Unidos, en Venezuela, Colombia, Argentina y España, siempre en asuntos de Relaciones Humanas y Desarrollo económico y social.

Gran viajero, además de conocer prácticamente todos los países de América, quiso dar la vuelta al mundo viajó durante
dos años, por Europa Occidental, África y Asia.
Con vocación de servicio y trabajo, formó parte del “Peace Corp” (Cuerpo de Paz), creado por el presidente Kennedy para fomentar el desarrollo social y económico de los países menos
desarrollados y promover la paz mundial. En esta vocación humanística y solidaria podemos encontrar el germen de su vocación de historiador, hispanista y vascófilo, y su interés y
adhesión a las mejores creaciones del espíritu ilustrado, que cultivamos en nuestra Sociedad Bascongada de los Amigos del País.
A lo largo de los muchos años en los que participó en las actividades de nuestra Sociedad de Amigos del País, siempre ha destacado la presencia segura y callada, atenta y agradecida de un matrimonio que, con mucha discreción, se interesaba por todos los actos que organizábamos.
Él, un americano amable y sonriente, silencioso y prudente, que mostraba un gran interés y satisfacción por nuestras actividades, y que nos demostró con su gran trabajo sobre José
Navarro, su talento como investigador serio y riguroso. Una aportación singular y extraordinaria que enriqueció nuestra actividad cultural, que se nutre, fundamentalmente, de
los trabajos que hacemos los socios de la Bascongada en favor del País.

Conchita Burman

Pero este recuerdo y homenaje a él, a Eric Beerman, no es completo si no se lo hacemos también a Ella, su esposa y compañera, la querida Conchita Burman, hija del gran escenógrafo del cine y el teatro español del pasado siglo, Sigfredo Burman, y colaboradora esencial de Eric en sus trabajos, que en varias ocasiones compartieron, y que fue su firme apoyo en todas la facetas de su vida. Hoy nos acompaña y por eso la puedo decir, en nombre de nuestra Real Sociedad de los Amigos del País, muchas gracias Conchita por vuestra aportación al conocimiento de nuestra historia, y por vuestra presencia y participación en las actividades de nuestra Sociedad durante tantos años. Ha sido para nosotros un honor y un placer contar con vuestra compañía y afecto y por eso con el homenaje de hoy al querido Eric Beerman, y también a ti querida Conchita Burman, tenemos la satisfacción de cumplir con una deuda de justicia y de amistad.

Eskerrik asko. Muchas gracias.

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