Crónica del II Paseo Barojiano

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Autor: Iñigo López de Uralde

Madrid visto desde el Manzanares
Madrid visto desde el Manzanares

De la mano de nuestra guía de lujo, Carmen Caro Jaureguialzo, la Delegación en Corte de la Bascongada organizó el pasado 20 de mayo de 2021 el II Paseo Barojiano.

Si bien el primer Paseo Barojiano (mayo 2019) abarcó la zona de Retiro-Atocha, contextualizando el Baroja de la postguerra, esta vez nos dirijimos a los escenarios de sus primeras novelas madrileñas.

Chabolas en los arrabales de Madrid. 1900
Chabolas en los arrabales de Madrid. 1900

Itinerario

En esta ocasión visitamos el Madrid de la Lucha por la vida, trilogía Barojiana que comprende los libros La Busca, La Mala Hierba, Aurora Roja, alternando lecturas de uno y otro libro.

Comienzo del recorrido
Comienzo del recorrido

El recorrido partió de la calle Misericordia 2, lugar donde estuvo la casa que acogió  al joven Baroja a su llegada a Madrid. De ahí nos desplazamos a la Plaza de Oriente, donde Carmen explicó los derroteros del hampa madrileño finisecular, las cuevas, los oficios y el ambiente corrupto y miserable de los arrabales.

Carmen Caro leyendo en las Vistillas
Carmen Caro leyendo en las Vistillas

Atravesando por la Calle Bailén, por el Viaducto llegamos a las Vistillas, ese mirador privilegiado donde uno puede pensar asomarse al mar, pero no!… pues es en la sierra madrileña donde se fija la vista.  Allí, viendo atardecer, escuchamos algunos fragmentos de La Busca y el dilema moral planteado a su protagonista: ser un hombre y hacerse con las riendas de su vida o dejarse llevar por la vida muelle, vivir «a la diabla», en suma.

San Francisco el Grande
San Francisco el Grande

La siguiente parada la hicimos en el parque de la cornisa de San Francisco, a la vera de la iglesia de San Francisco el Grande. En este lugar rememoramos las zapaterías de lance «La Regeneración del Calzado» y su competidor «El León del Calzado» ubicadas ambas escaleras abajo de la calle del Águila.

Leyendo en el Rastro
Leyendo en el Rastro

Finalmente atravesamos por la calle Toledo llegando al Rastro, donde leímos los últimos fragmentos de La Busca. En ese lugar los traperos y quincalleros de Madrid, separaban el botín, a veces robado, a veces recogido de las basuras y lo preparaban para su venta al por menor.

El II Paseo Barojiano terminó con una agradable velada literaria más allá de la medianoche en los cafés de Cascorro.

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