La cuestión Zuloaga

AUTORETRATO

Autora: María José Lastagaray, RSBAP, Delegación en Corte

¡Qué decir de la exposición de Zuloaga que nos ofrece Mapfre en este otoño de 2017! Nos sirve para valorar más al pintor eibarrés porque nos enseña una faceta suya no tan conocida: su paso por el París de fin de siglo.

Zuloaga en París

Al llegar el joven Ignacio a la capital francesa en 1889, con 19 años, encontró una ciudad bulliciosa llena de actividades culturales. Se formó en modernas academias francesa donde fue adquiriendo su estilo y fue acogido en un importante grupo social impulsado por Maxime Dethomas que le ayudó a relacionarse con las élites intelectuales y plásticas de aquel París.

Trabajó sin parar y se reconoció su pintura, pero no  dejó de  visitar España. Frecuentaba la casa de su tío ceramista Daniel Zuloaga en Segovia, o impulsado por los relatos de los pintores románticos de principio del XIX, viajó a Andalucía mostrándonos una España blanca cuyos personajes evocaban a Goya por su admiración eterna al pintor de Fuendetodos.

A raíz de sus años parisinos volvió a encontrar, en ambas regiones, sus  raíces españolas: en Segovia la trascendencia de Castilla a lo largo de la historia y en Andalucía sus raíces más profundas.

Baroja, Azorín y Maeztu

A partir de la pérdida de las últimas colonias españolas en ultramar en 1898 –Zuloaga estaba en París– y del desánimo que supuso para los españoles ese hecho surgieron con fuerza, como sabemos, tres escritores Baroja, Azorín y Maeztu (dos vascos) que, según ellos, ‘se dedicaron a dar palos’ y protestar airadamente en los años siguientes por la triste situación española. El regeneracionismo era su bandera.

Zuloaga en su estudio
Zuloaga en su estudio

Situamos a Ramiro de Maeztu en Londres donde vivía desde hacía cinco años alejado de las rencillas nacionales.

Conocía a Zuloaga desde sus años de Bilbao y había seguido su obra con entusiasmo escribiendo interesantes crónicas sobre ella. Pero el 9 de marzo de 1910, el tipo de temas realizados por Zuloaga le hizo escribir en el Heraldo de Madrid el artículo “Los asuntos de Zuloaga” que desató una larga polémica.

Decía que los temas de la España pintoresca que representaba Zuloaga los tenía el público declarado la guerra “no perdonan al pintor vascongado el haber puesto su paleta al servicio de materias que detestamos. Los triunfos de Zuloaga en el extranjero resultan una exposición renovada de nuestras lacras sociales ante ojos extranjeros. ¿Por qué no se escoge otros asuntos cuya glorificación en el lienzo redunde en prestigio nacional? En esa pregunta se concreta la objeción contra Zuloaga. ¿Es fundada?”

Le contesta a los diez días el crítico de arte Francisco Alcántara en El Imparcial “Ignacio Zuloaga. Arte y nacionalidad”; le responde Maeztu en Heraldo de Madrid el 23 de marzo “Europa y España. La cuestión Zuloaga”; también escribe Azorín en el ABC el 7 de abril “La España de un pintor” dando su opinión; le contesta Maeztu en Heraldo de Madrid el 20 de abril “Una cuestión de ojos”; y otra vez Maeztu en Nuevo Mundo el 28 de abril “La visión de Zuloaga”; interviene José Ortega en El Imparcial el 29 de abril “¿Una exposición de Zuloaga?; y vuelve a escribir Ortega en El Imparcial el 4 de mayo “Adán en el paraíso”.

El escritor vasco José María Salaverría también se añadió a la polémica escribiendo en el ABC el 12 de mayo “El arte inmortal” y cuatro días después en el mismo periódico “La España pintoresca”; vuelve a intervenir el crítico de arte Francisco Alcántara en El Imparcial el 11 de julio “Ignacio Zuloaga. Sus asuntos”  y por último termina Maeztu con la polémica en el Heraldo de Madrid el 9 de noviembre “Impresiones de España. Cosas y hombres”.

Al sentirse también Maeztu español pero residente en el extranjero le entiende a Zuloaga y comprende sus sentimientos, asegurando que “ojos de Europa y corazón de España, no es otro el secreto de Ignacio Zuloaga”.

A estos doce artículos se le llamó ‘La Cuestión Zuloaga’. Fueron muy comentados en 1910 año que Zuloaga recorría ya las más importantes salas de exposiciones de toda Europa hasta el 1914, fecha límite de esta exposición de Mapfre, por el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Fue Ignacio Zuloaga Zabaleta artistas con muchas lecturas y todas interesantes.

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