Las Sociedades Económicas y la Mujer

María de Guzmán

Autor: Javier Aramendía Gurrea

¿Quién fue María de Guzmán?

Recientemente y a través de nuestra Delegación, ha caído en mis manos un valioso informe titulado: “Las Sociedades Económicas de Amigos del País Españolas y su Imbricación en el Futuro de la Unión Europea”, del que es autor D. Juan Manuel de Faramiñán Gilbert, catedrático emérito de la Universidad de Jaén, en su calidad de relator, dentro del proceso de elaboración de una Posición General de dichas sociedades económicas, a tal propósito.

Se trata de brindar la colaboración de la sociedad civil a la Resolución del Parlamento Europeo del 15 de enero del 2020, en relación con la Conferencia sobre el Futuro de Europa, auspiciada por la Comisión, ante las futuras reformas de la Unión Europea.

Destaca el autor, oportunamente, haciendo un poco de historia, la importante iniciativa de estas sociedades ilustradas de promover, entre otros, la igualdad de género, puesto que, en un entorno tan machista como el del último tercio del siglo XVIII, fueron tomando la decisión innovadora de abrir sus puertas a la presencia de la mujer.

En la Matritense y la Bascongada

Esta determinación no era meramente retórica, pues según lo hemos podido comprobar, ya el 25 de febrero de 1786 la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, “La Matritense”, incorpora como miembro de pleno derecho, con apoyo de Jovellanos, una joven aventajada: se trata de Doña Maria Isidra Quintina de Guzmán y la Cerda, hija del Conde de Oñate. Según parece, aunque sería interesante, si es posible, comprobarlo, fue nuestra Sociedad, la Bascongada de Amigos del País, la que un año antes la había recibido, si bien como “socia honoraria y literata”.

¿Quién era esta mujer pionera en ingresar en las instituciones culturales de más solera y prestigio en aquella España del final del reinado de Carlos III, que trataba de abrazar la Ilustración, luchando contra enormes resistencias de la reacción obscurantista? el profesor Faramiñán ha suscitado nuestra curiosidad al ponerla como ejemplo de mujer ilustrada. Con esa indicación hemos investigado un poco su trayectoria, que modestamente ofrecemos a continuación.

María de Guzmán fue, según las crónicas, una joven de origen noble, nacida en Madrid el 31 de octubre de 1767, que no se conformó con el papel que la sociedad de su tiempo reservaba a las mujeres. Fue rebelde e inconformista. Los que la conocieron nos dan cuenta de sus dotes intelectuales, de su curiosidad, prodigiosa memoria y conocimiento de varios idiomas.

Es verdad que, al pertenecer a una clase social elevada, creció probablemente ya en un ambiente intelectual y artístico notable, que ella aprovechó con entusiasmo. A pesar de todo, tuvo que superar obstáculos y romper tabúes. Aspiró, lógicamente, a entrar en la universidad, pero para ello tuvo que pedir un permiso real especial, pues existía, a la sazón, una tajante prohibición de acceso para la mujer.

Gracias a los buenos oficios del ministro Floridablanca, pudo ingresar en la Universidad de Alcalá, en donde, tras los correspondientes estudios y exámenes, incluso en varios idiomas, obtuvo en 1785 el grado de doctora, la primera de España, cuando apenas contaba con 18 años. Posteriormente alcanzó el título de catedrática honoraria de filosofía en la misma universidad.

Una vez conseguidos los títulos académicos, María de Guzmán  fue rápidamente siguiendo un “cursus honorum”, que le llevó en poco tiempo a la Real Academia de la Lengua, como “miembro honorario”, pronunciando su correspondiente discurso y eventualmente a la Academia de la Historia.

Carrera truncada

Sin embargo, nuestra doctora, tan precoz, no tuvo continuidad en sus tareas y logros académicos, que hubieran supuesto sin duda, un punto de referencia y estímulo para las jóvenes españolas. Unos pocos años después contrajo matrimonio y se alejó de la Corte, residiendo desde entonces en Córdoba, dedicada, como otras muchas mujeres, a la crianza de sus cuatro hijos y gobierno de su hogar, muriendo muy joven, a los 35 años.

Como sucedió tan a menudo en aquel siglo XVIII, convulsionado en sus últimas décadas por la Revolución Francesa, los intelectuales españoles de ideas progresistas, (piénsese en el mismo Jovellanos), vieron cortadas sus aspiraciones por una enconada reacción de los elementos más reaccionarios del Antiguo Régimen.

Acababa, además, de finalizar un reinado de matiz ilustrado, el de Carlos III, y comenzaba apenas el de Carlos IV, lleno de intrigas, desgobierno e ideas regresivas.

Concluimos diciendo; que es la ciudad de Alcalá de Henares la que no ha olvidado a su primera doctora, pues ha dado su nombre a un colegio público, un aulario en la Universidad, el llamado “Aulario María de Guzmán”, un centro de salud y una calle de la localidad. También Madrid tiene dedicada una calle a su memoria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*