La RSBAP comprometida con el planeta y con la economía vasca

Comisión Cambio Climático

Autor: Iván Marten Uliarte

El pasado jueves 17 de septiembre tuvo lugar en el Congreso la comparecencia del miembro de la Delegación en Corte, Iván Marten Uliarte como experto propuesto por el Grupo Vasco, ante la Comisión de transición ecológica y reto demográfico, presidida por otro miembro de la Delegación de la RSBAP, el diputado Juan Antonio López de Uralde.

Esta circunstancia nos habla de la importancia que el Cambio Climático toma en nuestra sociedad y de la respuesta que la Bascongada pretende ofrecer desde su posición comprometida con el Medio Ambiente.

A.         Cambio climático

El Cambio climático es una realidad y sus impactos son evidentes. La evidencia científica así lo atestigua, y por tanto, actuar en consecuencia es urgente para evitar los graves impactos climáticos, económicos y sociales.

SI bien es un problema mundial, ya que las emisiones afectan al planeta independientemente de donde se emitan, hay que enfocar los esfuerzos en aquellas zonas geográficas donde más crecen las emisiones (8 países son responsables del 70% de las emisiones de Co2) y donde más emisiones per cápita existen (EE.UU. con un 4.5% de la población representa un 15% de las emisiones). A modo de ejemplo las emisiones de Euskadi de todo un año son equivalentes a 18 horas de emisiones de China.

Este es un problema que se agrava: cuantos más habitantes haya en el mundo y cuanto más mejore el nivel de vida de esas personas, mayor será la demanda energética y mayores las emisiones. Se estima que el consumo energético de los países no-OCDE se incrementará un 70% en el 2050.

B.         Descarbonización

Pero las soluciones son diferentes en función del contexto. Europa está haciendo una “apuesta fuerte por la descarbonización”, pero no es lo mismo las actuaciones e implicaciones para una región como Euskadi con un sector industrial que representa el 24% del PIB que para una región con otro modelo de desarrollo económico. Asia por su parte trata de lograr un “crecimiento responsable” es decir, proveer a un coste razonable la energía para el desarrollo de sus economías, y en África se trata de “pasar de la oscuridad a la luz”. No podemos olvidar que hay todavía casi 1.000 millones de personas sin acceso a electricidad con lo que ello implica y 2.400 millones de personas que no tienen acceso a cocinar de forma limpia.

El objetivo final es descarbonizar la sociedad, reducir las emisiones de CO2, de gases de efecto invernadero y de gases contaminantes con el menor coste social, planteando objetivos realistas y acordes con la realidad especifica de cada país o región. Sin embargo, descarbonizar no significa desindustrializar Euskadi, ya que el objetivo es reducir emisiones, no desplazarlas a sitios donde la producción de materiales tiene una mayor huella de carbono debido a la menor eficiencia energética en su producción y las emisiones derivadas de su transporte.

C.         Transición Energética

Para ello habrá que ir actuando de forma decidida sobre los tres tipos de transiciones energéticas:

  • Generación eléctrica que implica pasar de carbón a renovables y su energía de respaldo (principalmente bombeo, gas),
  • Movilidad sostenible que implica no solo reducir las emisiones de los medios de transporte en todo su ciclo de vida, sino también actuar sobre los determinantes de la demanda de movilidad (modelo urbanístico, modelo de transporte público, movilidad compartida, turismo sostenible…),
  • Eficiencia energética como palanca clave para reducir la demanda de energía y por extensión la evolución hacia una economía más circular.

Pero es fundamental hacer una transición inteligente, justa y flexible/adaptativa:

  • Analizando el coste/impacto de todas las medidas para descarbonizar,
  • Entendiendo las implicaciones económicas, sociales, en empleo y en ingresos fiscales de cada una de las medidas,
  • Decidiendo el momento adecuado (ni antes ni después),
  • Definiendo la secuencia de iniciativas correcta,
  • Asegurando la neutralidad tecnológica, ya que las soluciones tecnológicas más adecuadas irán variando a lo largo del tiempo debido a los rápidos avances tecnológicos.

D.         Demanda y consumo responsables

Finalmente, para reducir las emisiones hay que actuar sobre la demanda y el consumo concienciando a la ciudadanía sobre el uso razonable de los recursos naturales y sobre los equilibrios que hay que lograr (queremos más generación eólica, pero no queremos los molinos de viento en nuestro paisaje). Y todo ello sin demonizar a los productores de materiales (acero, cemento, vidrio…) ni a los que proveen de hidrocarburos, ya que son necesarios tanto para nuestra vida diaria (medicinas, productos de limpieza, zapatillas de deporte, fibras textiles, tuberías…), como para acelerar la descarbonización (fibra de carbono para conseguir vehículos más ligeros con menor consumo).

E.          Conclusión

La transición energética es una magnífica oportunidad para Euskadi para adaptar su modelo económico, desarrollar nuevos sectores económicos de futuro y lograr un renacimiento tecnológico e industrial que cree empleo de calidad y valor añadido, así como una oportunidad para la reordenación de nuestro territorio.

Por ello, esta transformación provocada por el compromiso de lucha contra el cambio climático debe hacerse de la mano de una política industrial ambiciosa, innovadora, sostenible, para lograr que sea inteligente, justa, flexible y escalable.

Luchando contra las causas y las consecuencias del Cambio Climático, lograremos una sociedad mejor que sabrá utilizar de forma sostenible los recursos naturales de Euskadi y del planeta.

 

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